Una de las confusiones más comunes respecto del software libre, es la de considerarlo “software gratis”. Esta confusión no sólo es dañina para el software libre en sí, que ve reducida su filosofía a la mera filantropía de regalar programas, sino para las personas que se acercan a él con una expectativa errónea: en la mente de muchos, lo único que cambia al pasarse a software libre es que ahora no hace falta pagar. Si bien es cierto que los programas libres más populares suelen ser muy parecidos a los programas privativos con los que compiten en términos de uso, las maneras en las que el usuario se relaciona con el software e influencia su desarrollo son completamente diferentes.
No tener esto en claro puede llevar a más de una desilusión, como le ocurrió hace poco a mi amigo Ricardo Goldberger, de Tecnozona. Hace mucho que vengo tratando de explicarle a Ricardo dónde creo que está su error en la manera de encarar el software libre, y lamentablemente vengo fallando de manera bastante estrepitosa. Afortunadamente, cuando recientemente se cansó de Linux, yo estaba bastante ocupado con otras cosas, y no tuve oportunidad de responderle. Fue afortunado porque otra gente le respondió, y sobre todo porque, al final, la gente de Red Hat logró convencerlo de que revea su posición. Hay varias cosas en que podemos aprender de este episodio. Read more »